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Haruki Murakami, sobre su libro favorito de todos los tiempos: "Me impactó muchísimo el mundo que describía"

Haruki Murakami, sobre su libro favorito de todos los tiempos: "Me impactó muchísimo el mundo que describía"

El corazón de Murakami está dividido en dos. El japonés lo ha admitido al recordar el momento en que, con solo 15 años, leyó El castillo de Franz Kafka. Aquel encuentro literario marcó un antes y un después en su vida. “Me dio una tremenda conmoción”, explicaba. “El mundo que Kafka describió en ese libro era tan real y tan irreal al mismo tiempo que mi corazón y mi alma parecían desgarrados en dos pedazos”.

Aunque Murakami mezcla sin problema lo cotidiano y lo onírico, el jazz y el whisky, la soledad y los gatos, su universo literario se comprende mejor al rastrear esa huella inicial. Su afinidad con Kafka fue tan intensa que años después, le rendiría homenaje con una novela que lleva su nombre en el título, Kafka en la orilla.

"El castillo", de Franz Kafka, fue el libro que lo cambió todo. De estructura inconclusa, publicada de forma póstuma, esta obra sigue a K., un agrimensor atrapado en una aldea donde intenta, sin éxito, contactar con los habitantes de un misterioso castillo. La historia es a la vez absurda y angustiosa, como un sueño donde las reglas cambian sin previo aviso.

No es la única obra que ha dejado huella en él. En entrevistas pasadas, el autor de Tokio Blues también ha destacado otros títulos como El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald —libro al que considera “la razón por la que escribe”— o El largo adiós de Raymond Chandler, de quien ha traducido al japonés todas sus novelas. Sin embargo, cuando se le obliga a elegir solo uno, vuelve sin dudar a Kafka: “Fue un gran libro increíble”.

Foto: El escritor japonés Haruki Murakami en su visita a Oviedo. (Efe/Paco Paredes)

La conexión con Kafka va más allá de la admiración. Murakami encontró un espejo en ella. Al igual que K., muchos de sus personajes se enfrentan a estructuras invisibles, fuerzas abstractas, tareas imposibles. Su literatura no responde tanto a tramas cerradas como a atmósferas enrarecidas donde todo puede suceder, pero nada está del todo claro.

Murakami encontró en Kafka un eco de su propio mundo interior. Por eso, cuando habla de El castillo, lo hace con una mezcla de gratitud y melancolía.

El corazón de Murakami está dividido en dos. El japonés lo ha admitido al recordar el momento en que, con solo 15 años, leyó El castillo de Franz Kafka. Aquel encuentro literario marcó un antes y un después en su vida. “Me dio una tremenda conmoción”, explicaba. “El mundo que Kafka describió en ese libro era tan real y tan irreal al mismo tiempo que mi corazón y mi alma parecían desgarrados en dos pedazos”.

El Confidencial

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